Estimados Lectores: Otra vez el dolor. Otra vez las tapas de los principales diarios del mundo muestran a jóvenes judíos llorando. Otra vez nos quedamos sin respuesta al ¿que paso? Otra vez repetimos la angustia de sentirnos perseguidos en cualquier parte del mundo. Hace pocos días recordamos los 20 años del atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires. Dos días después repetimos la misma sensación de desamparo al ver en las noticias que el antisemitismo no es algo del pasado. El mal sabe muy bien donde golpear, sabe donde nos duele, y el terrorismo antisemita no duda en matar a niños inocentes para lograr su cometido. Tengo la misma sensación que cuando asesinaron al Rabino Gabriel Holtzberg y a su esposa Rivka, de bendita memoria, junto a sus 4 huéspedes. La finalidad de los terroristas antisemitas, es que nos escondamos, que temamos, que el miedo nos paralice. Por eso eligen escuelas, sinagogas, centros comunitarios. Al mal le molesta que haya judíos orgullosos de su tradición que participan y viven su judaísmo activamente. Que se identifican como tales públicamente sin avergonzarse. Por eso la mejor respuesta que tenemos hacia el antisemitismo y hacia el odio irracional a nuestro pueblo, es demostrar que no tenemos miedo. No tenemos miedo de entrar a una sinagoga o centro de estudios judíos, no dudamos en mandar a nuestros hijos a un colegio judío, no nos amedrentan las amenazas de destrucción de nuestros enemigos. Estos días entre Purim y Pesaj justamente simbolizan las incontables veces que nuestros enemigos nos quisieron aniquilar, doblegar y subyugar sin éxito, y nuestro pueblo sigue firme. Pdta: Cuando le preguntaron a la señora Sandler que podían hacer por ella, instó a todos a realizar una buena obra en memoria de los cuatro mártires asesinados en Toulouse. Leyendo un salmo, prendiendo una vela, realizando tzedaka o como lo sientan. Rabino Eli Levy |